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Con el objetivo de continuar impulsando el desarrollo institucional y apoyar la gestión de los programas en las distintas regiones, Fundación Tierra de Esperanza incorporó a nuevas profesionales en las Direcciones Zonales, reforzando así el apoyo a la gestión y el compromiso con la mejora continua.

La experiencia impulsada por cada equipo ya constituído ha relevado la necesidad de potenciar esta gestión, con el objetivo de ser un soporte al trabajo que desarrollan los programas. La experiencia ha sido positiva, relevando el rol de la coordinación zonal, en beneficio de las personas, pero también de las atenciones que reciben a diario la infancia y adolescencia.

¿Cuál es su estructura? Conoce aquí como está conformada la coordinación zonal:

Equipo coordinador Zonal Norte

Cada zona cuenta con dos coordinaciones zonales. En el norte del país, Fernanda Parra, quien asumió este rol el año pasado, destacó que  “la labor de coordinación zonal nos permite acompañar de forma cercana y directa a los equipos, especialmente a los directores y directoras de proyecto, brindando espacios de formación formal e informal. Nuestro enfoque es fomentar altos estándares en el funcionamiento de los proyectos, guiados por nuestra política de liderazgo institucional, y así reflejar la misión y visión de Fundación Tierra de Esperanza en el marco de los convenios con los servicios”. Fernanda, con ocho años en la organización, enfatizó que “este rol me ha desafiado profesionalmente y me ha permitido conocer realidades diversas, siempre con el propósito de garantizar los derechos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes”.

Ahora, también forma parte de la coordinación zonal norte Natalia Olivares, trabajadora social con cinco años en la Fundación. Con una trayectoria que incluye trabajo directo con niños, niñas y adolescentes y liderazgo de programas. Frente a este nuevo desafío que impulsa su desarrollo de carrera, indicó que “valoro que los cambios en la organización estén orientados a apoyar y potenciar a los profesionales, permitiéndoles brindar una atención especializada y comprometida en cada proceso”. Además, destacó que “el proceso de inducción ha sido ameno, donde me he sentido acompañada e integrada de manera rápida al equipo Zonal,  de igual manera el acercamiento a los equipos y directores ha sido positivo, donde estos han valorado, esta reestructuración, en pro del buen funcionamiento“, indicó.

Equipo Coordinador Zonal Centro

En la zona centro, Laura Monge, con 17 años de trayectoria en Fundación Tierra de Esperanza como psicóloga, directora de programas y supervisora técnica, señaló que este periodo donde ya es parte de la coordinación zonal el foco “ha sido siempre el bienestar de los niños, niñas y adolescentes y sus familias, así como de quienes integramos la organización. El diálogo y la escucha activa son la base de la mejora continua y la calidad de la atención que entregamos”. Laura visualiza su rol como un apoyo integral indicando que “acompañamos a los equipos y sus líderes, promoviendo la adherencia a los marcos normativos, el cuidado de las personas, y una cultura preventiva que potencie los recursos y fortalezas de cada equipo de trabajo”.

Recientemente se integró Leslie Millar, psicóloga que desde el año 2017 es parte de Tierra de Esperanza en el área de personas. La profesional indicó que “mi objetivo es asegurar que los niños, niñas y adolescentes reciban la mejor atención posible, lo cual depende de contar con equipos motivados y comprometidos. Este nuevo rol es un desafío que me entusiasma, especialmente en el apoyo a los directores para analizar y reflexionar, siempre con la mejora continua como meta”, señaló.

Para Leslie, el objetivo es lograr ser un referente para los directores y directoras de programa: poder apoyarlos y acompañarlos en la gestión directiva, trabajar con ellos sobre datos objetivos sobre el funcionamiento global del programa . 

Equipo Coordinador Zonal Sur

En la zona sur, la coordinación zonal está conformada por Daniel Álvarez, quien coincide en la relevancia del rol que tiene el coordinador zonal: “es crucial para el desarrollo eficiente y alineado de los programas con los objetivos organizacionales. Desde la planificación hasta la implementación, apoyamos la gestión de personas y procedimientos, anticipando y resolviendo desafíos de manera proactiva. Esto permite que los programas se ejecuten de manera fluida, con altos estándares de calidad”, indicó. Además, con sus 17 años en la institución, destaca el trabajo que se realiza orientado al bienestar de los niños, niñas y adolescentes, como guía del trabajo que a diario se realiza, y donde las personas que conforman la organización son importantes.

Al equipo zonal, conformando también la coordinación zonal sur, se integró Lucía Santana, psicóloga con nueve años en la institución. En su rol, busca asegurar el cumplimiento de políticas y procedimientos y promover liderazgos positivos dentro de los equipos. “Un coordinador juega un papel central en la gestión de los recursos humanos dentro de una organización, asegurando que las políticas y procedimientos se conozcan, maneje y cumplan. Pero también apoyando procesos de dirección y desarrollo de liderazgos positivos que potencien a los equipos.”, aseguró. De esta forma, Lucía Santana destacó que su función será entre otros ámbitos gestionar y coordinar las actividades relacionadas con los recursos humanos dentro de la Fundación. Algunas de las acciones asociadas al cargo tienen relación con apoyo en procesos de selección, reclutamiento del recurso humano y contrataciòn de directores de proyecto, así como procesos de inducciòn, capacitación y desarrollo de sus jefaturas, entre otros ámbitos de la gestión organizacional.

El equipo de coordinación zonal en cada territorio es ejemplo también del desarrollo de carrera en Tierra de Esperanza, incentivando así la conformación de nuevos equipos con desafíos motivadores y alineados con la misión institucional. A cada persona que se integra a la organización se le desea mucho éxito, reconociendo tanto la importante labor que desempeñan como su potencial para convertirse en líderes que materializan los objetivos trazados.