En un esfuerzo conjunto por sensibilizar y formar a la comunidad, Tierra de Esperanza, en coordinación con el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, llevó a cabo una serie de actividades a lo largo del país con motivo del Día de Lucha contra la Explotación Sexual Comercial en Niños, Niñas y Adolescentes. Estas iniciativas se desarrollaron en las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.

En Iquique y Temuco, los equipos de Tierra de Esperanza se unieron a otras organizaciones comunitarias para instalar stands informativos, proporcionando orientación y medidas preventivas a la comunidad local. En Antofagasta y Calama, se priorizó la transferencia técnica mediante seminarios y encuentros en establecimientos educacionales, fortaleciendo la red de apoyo con la participación de la Policía de Investigaciones y otras instituciones clave.

Por otro lado, en Valdivia, el programa llevó a cabo actividades de sensibilización en espacios públicos y mantuvo visita a medios de comunicación, como Radio Biobío y Valdivia TV, para profundizar sobre esta realidad que afecta a la infancia en Chile y el mundo.

Cabe señalar que la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes se define como cualquier actividad en la que se utilice el cuerpo de menores para obtener beneficio económico o sexual, subyugándolos en relaciones de poder que violan sus derechos humanos fundamentales. La promulgación de la Ley 21.522 en diciembre de 2022 marcó un avance significativo al tipificar este delito como una grave vulneración, abandonando términos como “prostitución infantil” para abordar su complejidad con mayor profundidad.

Entre los desafíos identificados para combatir este delito se destaca la necesidad de realizar derivaciones oportunas, promover una intersectorialidad efectiva y concienciar a la comunidad sobre las devastadoras consecuencias físicas, psicológicas y sociales que enfrentan los niños, niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual.

La labor de Tierra de Esperanza en estas acciones, a través de sus programas Cusca Risun, Puerto Esperanza, Inti Kaya, Rukalaf Temuco, Rukalaf Valdivia, y otras organizaciones, fue unir esfuerzos para hacer visible la importancia de erradicar esta forma moderna de esclavitud. Es crucial destacar el rol de los equipos de estos programas, que enfatizaron que la explotación sexual comercial constituye un delito en todas sus formas, por lo que cada caso debe ser denunciado ante la Policía de Investigaciones, Carabineros de Chile o el Ministerio Público. Comprender el rol y las dinámicas de los explotadores, como clientes, proxenetas y redes de explotación, y poner esta información a disposición de los tribunales, es fundamental para asegurar la efectiva sanción de los responsables.